viernes, 19 de julio de 2013

'One Chance': Una oportunidad para vivir

No, si me da que he entrado oficialmente en un bucle de no actualizar regularmente este blog... ¡Y mirad que lo intento, pero siempre surge algo que me hace procrastinar o bien que me mantiene liado hasta tal punto que no puedo tener un rato libre para ello! En fin... Hoy me gustaría hablaros de una reflexión que me sobrevino a raíz de un descubrimiento casual.

Un buen día, no sé cómo, acabé llegando a un vídeo de YouTube que se titulaba 'One Chance Gameplay Worst Ending Ever'. Sin saber de qué podía tratarse y con mucha curiosidad generada por el título, cliqué en el vídeo (que os dejo a continuación, por si queréis ver de qué trata):


De esta manera, acabé descubriendo uno de los videojuegos on-line que mayor impacto han dejado en mí en muchísimo tiempo: se trata de 'One Chance', de Awkwardsilencegames. La premisa de 'One Chance' es sencilla: se juega en el papel de un científico que, en un intento de descubrir una cura milagrosa contra el cáncer, ha desarrollado un virus que no solo destruye las células cancerígenas del cuerpo, sino todas las células del cuerpo humano en general. Por tanto, en seis días todas las células del mundo habrán perecido, y el mundo se acabará. Nada más comenzar, el juego nos lo dice bien claro: tenemos una oportunidad.

Durante los seis días que dura el juego, experimentamos una aventura gráfica en la que podemos tomar ciertas decisiones que acabarán conduciéndonos a uno de los múltiples finales del juego. Una vez lleguemos a uno de estos desenlaces, la programación del juego hace imposible repetir partida y cambiar de opciones, de modo que habremos tenido una sola oportunidad. (Aquí no entro en las formas de engañar al sistema y lograr eliminar los datos de partida para tener más oportunidades, ya que sería desviarme del tema y además ya se ha hablado más y mejor sobre eso.)


Sin embargo, aquí hay trampa. Llegados a este punto, si tenéis curiosidad por 'One Chance' y queréis evitar los spoilers, os recomiendo que dejéis de leer. Sin aun así queréis llegar a la reflexión que me suscitó, pues nada, ¡a seguir leyendo!

SPOILERS DE AHORA EN ADELANTE

La trampa es que el juego no ofrece final feliz alguno. Leyendo, investigando y viendo reacciones de jugadores en foros, he descubierto que la mayoría de opciones conducen a dos finales en que el protagonista pierde a su familia: en uno de estos finales, un psicótico compañero de trabajo va a tu casa, asesina a sangre fría a tu mujer y a tu hija, y se ahorca, dejándote un agónico día más de vida en el que, o te suicidas tirándote por la azotea de tus oficinas, o te sientas en un parque a morir solo por el virus; en el otro, tu mujer se suicida debido a que te has pasado todos los días yendo a trabajar para encontrar una cura al virus.

El único final "positivo" es uno en que, después de haber ido a trabajar todos los días, te sientas en un parque junto a tu hija Molly después de haber encontrado la cura. Sin embargo, es una victoria pírrica, ya que casi toda la humanidad ya se ha extinguido, y pese a que ambos se curan y se salvan, les tocará vivir en un mundo deshabitado esperando a morir en un entorno inhóspito, en tierra yerma. Y nuestra última oportunidad de disfrutar de nuestra familia ha perecido, ya que en este final la madre también ha muerto.


Los creadores querían poner de manifiesto la idea de un videojuego en que cada decisión cuenta y ha de ser cuidadosamente meditada, cosa que no deja de ser una interesante reflexión para los tiempos del replay button y de la hiperfragmentación de contenidos y opciones en que vivimos. Sin embargo, a mí me ha suscitado otra reflexión más: es más importante vivir que esforzarse en no morir.

Es una perogrullada, lo sé, pero aun así me parece lo bastante significativa como para dedicarle unas líneas: hagamos lo que hagamos, la vida siempre tendrá el mismo final. A fin de cuentas, la muerte es parte natural de la vida y, por tanto, inseparable de ésta. Sabiendo esto, ¿qué es más importante? ¿Dedicarnos por completo a intentar sobrevivir y a ignorar la realidad (trabajando sin descanso, haciendo caso omiso a lo inevitable, aferrándonos a la vida...) o bien vivir, y disfrutar del tiempo que se nos ha concedido y de lo que la vida nos ha dado mientras dure? No es una elección fácil, pero sí es una elección que tiene consecuencias con las que tendremos que lidiar.


Mucho se ha hablado en el arte sobre esta idea: desde 'Six Feet Under' (la muerte como un elemento que planea constantemente sobre nuestras cabezas) hasta 'The Fountain' (la aceptación de la muerte como algo inevitable y la superación del dolor para dar paso a la aceptación y a la felicidad) pasando por 'Melancholia' (distintas formas de encarar el inevitable fin del mundo), podemos encontrar estas reflexiones en cientos de obras tanto cinematográficas como televisivas, literarias...

No se trata de un post depresivo ni nada por el estilo; simplemente estoy compartiendo el impacto y la reflexión que 'One Chance' ha dejado en mí, cosa que también lograron las obras anteriormente mencionadas. 'One Chance', a fin de cuentas, es un estudio sobre el peso que nuestras decisiones tienen en el discurrir de nuestras vidas, y sobre cómo valorar lo que es realmente importante (la felicidad, la familia, amar a quienes nos aman, disfrutar de nuestro paso sobre el mundo) por encima de aquello nimio o directamente irresoluble. Me parece un planteamiento interesantísimo y muy valiente (tal vez no original o pionero, pero al César lo que es del César), y he considerado interesante escribir sobre ello.

De propina, os dejo dos artículos muy currados sobre el juego, que me han servido principalmente para documentarme:

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