lunes, 3 de mayo de 2010

"Iron Man 2"


En 2008, los hastiados espectadores de blockbusters basados en cómics (poseedores, por lo general y salvo honrosas y agradecidas excepciones, de un nivel cualitativo mediocre tirando a bajo) tuvimos el placer de contemplar como la (en aquel momento) nueva filial cinematográfica Marvel Studios (desligada de cualquier major en temas de producción, no así de distribución), junto con Paramount Pictures, nos traía la estupenda "Iron Man", un completísimo film que nos mostraba a la perfección los orígenes del Hombre de Hierro (alter ego de un Tony Stark maravillosamente interpretado por Robert Downey Jr.) y sus primeras hazañas contra sus enemigos.

De ritmo trepidante e impecable factura técnica, el film se sostenía fundamentalmente gracias al intercambio de frases lapidarias y muletillas semi-improvisadas (no en vano, Jeff Bridges admitió que la película se rodó prácticamente sin guión), un toma y daca constante que, sin embargo, no ralentizaba el ritmo del metraje (al contrario, incluso contribuía a amenizarlo) ni restaba importancia a la trama principal ni a ninguna de las subtramas. Únicamente se le podría achacar el error de casting que supone Terrence Howard como el Coronel Jim Rhodes (no se me ocurre un actor menos apropiado para el papel) y la ausencia de un clímax final como es debido (la batalla final contra Obadiah Stane es de todo menos emocionante), pero, a nivel general, se trata de una película canónica que puede y debe servir de ejemplo sobre como crear un blockbuster sin insultar a la inteligencia del espectador.

Valoración de "Iron Man": 8,5/10

Con este precedente (muy difícil de superar para cualquier secuela que se precie) y dos años más tarde, llega a nuestras pantallas la esperada como agua de mayo (nunca mejor dicho) "Iron Man 2".


Al salir de la sala, me doy cuenta de que esta secuela me ha generado sensaciones encontradas: por un lado, he disfrutado como un enano con su mezcla de acción, comedia, drama, suspense y guiños al universo Marvel; pero, por el otro lado, me doy cuenta de que la historia que sostiene esta cinta es endeble hasta el punto de que, a poco que meditemos sobre lo anteriormente visto, podemos desmontarla por completo, y que el ritmo cojea a partir de la excelente primera media hora (todo un ejemplo a la hora de sintetizar presentación y desarrollo de personajes, tramas y subtramas para luego dejar estallar la acción) y no remonta hasta los últimos 40 minutos.

Así pues, intentaré valorarla con la mayor frialdad que sea posible: comenzando exactamente en el mismo punto donde acabó la primera parte (con Tony Stark haciendo público que es Iron Man ante el mundo entero), el argumento gira en torno tanto a la venganza orquestada por Ivan Vanko (Mickey Rourke, sencillamente lo mejor de la película) contra Stark y todo lo que representa, como en torno al maléfico plan del comerciante de armas Justin Hammer (Sam Rockwell) para hundir el imperio del protagonista con su ejército de armaduras. Sumad a este cóctel el hecho de que Stark se está muriendo lentamente por radiación en la sangre, que su ego y alcoholismo van en aumento conforme se le acaba el tiempo de vida, y que Nick Furia pone todos sus esfuerzos en reclutarle para la iniciativa de los Vengadores. La cosa promete, ¿verdad?

Bien, pues precisamente ahí está el problema: hablamos de, como poco (y porque no os he destripado todas las subtramas que van apareciendo a lo largo de la cinta), cinco tramas. Dos de ellas (la de los villanos Vanko y Hammer) están perfectamente unidas hasta quedar como una sola, pero llega un punto en que las demás subtramas quedan como irrelevantes dentro del conjunto y no llegan a ser desarrolladas como es debido (imperdonable que goce de más tiempo en pantalla una fiesta privada que el conflicto interior de Tony causado por el cariño que su padre nunca le demostró en vida). De esta forma, las escenas parecen acumularse y el ritmo decae llegados a cierto punto del metraje.

Aun así, hay que reconocer que todo el mundo en esta producción ha hecho, en general, un buen trabajo: tanto el apartado técnico (en el que destacan por méritos propios los maravillosos efectos especiales) como el reparto contribuyen a que nos sumerjamos de lleno en la narrativa y salgamos satisfechos de la sala. Porque de lo que no cabe ninguna duda es de que "Iron Man 2", pese a ser inferior a su predescesora (tampoco lo tenía nada fácil), es espectacular, más que entretenida y sigue representando un tipo de blockbusters que ya apenas existen: las superproducciones que no renuncian a contar una buena historia. Pese a no desarrollar tan bien como sería deseable los conflictos interiores del protagonista ni justificar bien qué motivos lleva a Ivan Vanko a enfundarse la armadura con látigos eléctricos para matarle, se agradece el esfuerzo llevado a cabo por plantear temas y cuestiones morales que la inmensa mayoría de cine superheroico ni se molesta en plantear.


A esto sumad una agradecida sencillez en la labor de dirección de Jon Favreau (que contribuye a hacer más ameno el metraje y a no sobrecargar las escenas de acción, permitiéndonos en todo momento ver lo que pasa) y el hecho de que personajes de los cómics como Pepper Potts o "Happy" Hogan (interpretado por el propio Favreau) gocen de mayor protagonismo que en la primera entrega y aligeren los momentos en que Iron Man no aparece en pantalla.

Sumado a muy destacables interpretaciones por parte de Downey Jr., Cheadle (inmejorable reemplazo de Terrence Howard como Jim Rhodes), Paltrow, Rourke e incluso Rockwell (pese a que su personaje es un tanto cargante), con la excepción de Johansson (que aquí se limita a dar cuatro volteretas y patadas y a hacer de florero, sinceramente), lo que nos queda es la superproducción más disfrutable que he visto en una sala de cine desde "Sherlock Holmes" (casualmente, también protagonizada por Downey Jr.). Mi consejo es que vayáis al cine con la mente abierta y las expectativas bajas; saldréis sorprendidos.

Lo mejor: Un buen reparto dando lo mejor de si mismo (repito, excepto Scarlett Johansson), efectos especiales de vanguardia, mucho entretenimiento y un guión más trabajado de lo que podríamos presuponer a una producción de este calibre. Downey Jr. de nuevo se luce como Tony Stark. Mickey Rourke como villano es una gran sorpresa. Y, por supuesto, todo el clímax final, muy superior al de "Iron Man".

Lo peor: Cierto bajón en el ritmo a partir de la primera media hora y un par de escenas sobrantes (la de la fiesta en su totalidad y la de los fresones). De haber definido más las motivaciones del villano Ivan Vanko y haber ahondado más en los conflictos internos de Tony Stark, probablemente estaríamos hablando de una secuela muy superior a la original.

Valoración final: 7/10

Nota la B.S.O. (John Debney): 6,5/10

3 comentarios:

Rafa dijo...

Ya estaba esperando que reseñaras esta peli, jejeje, no he fallado sabía que lo harías pronto. A mí la primera también me pareció de lo mejor en cine de comics (tienes razón que el clímax final flojea), y esta iré a verla esta semana seguro. Un saludo.

Jonatan dijo...

David, eres un crack con los comentarios. Vete preparando que cualquier día te hago una entrevista! jajaja

Jonatan dijo...

Perdón quería decir con las críticas.