martes, 27 de abril de 2010

"Alicia en el País de las Maravillas"




En lo que llevamos de 2010, hemos tenido de todo en cuanto a blockbusters: un regreso a medio gas de Clint Eastwood ("Invictus" tenía potencial para ir más allá del telefilm muy bien rodado que acabó siendo), una intachable revisión por parte de Guy Ritchie del detective Sherlock Holmes, un estado de psicosis y locura perfectamente narrado por Martin Scorsese ("Shutter Island"), un trepidante viaje al corazón de Irak ("Green Zone: Distrito Protegido") ofrecido por Paul Greengrass, un espléndido resurgir de Polanski con "El Escritor" (impresionante duelo entre McGregor y Brosnan) y una idiotizada y videojueguista aunque entretenida "Furia de Titanes", ofrecida por Louis Leterrier.

Con estas perspectivas, esperaba con muchas ganas la versión de Tim Burton del cuento de Lewis Carroll, "Alicia en el País de las Maravillas". Ya desde un principio, Burton advirtió a sus fans de que esta versión sería su particular interpretación de dicho cuento, unido a su secuela, "Alicia a través del espejo". Cabía esperar una narración oscura, repleta de esos personajes con un toque freak pero también con buen corazón a los que tanto ama el cineasta de Burbank, que uniese el particular imaginario de Carroll con el de Burton. ¡Todo ello en 3D (tecnología que en manos de artesanos incompetentes puede traer resultados nefastos, pero que en manos de cineastas de probado talento como James Cameron o Burton puede resultar provechosa)! La cosa prometía.

Pero he aquí que la película que tuve el horror de presenciar no se ajusta en nada a lo que prometía ser. En su lugar, lo que nos queda es un vulgar pastiche de imágenes digitales (muy bonitas, sí, pero que no pasan de mero envoltorio intentando camuflar lo débil que es el guión), diálogos paupérrimos, personajes inconsistentes sin desarrollo alguno y escenas que, o bien aburren y cansan, o bien (directamente) producen ingentes cantidades de vergüenza ajena (a destacar el bailecito a lo Crash Bandicoot -giros y piruetas incluidos- que se marca el Sombrerero Loco en un determinado momento de la película, momento en el cual la cinta pasa de ser mediocre a la infamia más absoluta e insondable).


La intención de Burton, según palabras suyas, era la de crear una visión más oscura del personaje de Alicia y darle un peso y un desarrollo nunca vistos hasta ahora. Bien, al margen de ciertas buenas ideas e intenciones (como la conversión de Alicia en una líder y mujer guerrero que, finalmente, toma las riendas de su propia vida al margen de imposiciones sociales, idea que pudo y debió aprovecharse mejor), y algunos decorados específicos (como ese bosque tenebroso, único escenario digital en el que se atisba el talento y visión de Burton), esta cinta se revela, no solo como innecesaria, sino como sobrecargada (tanto por su barroquismo visual como por su exceso de efectos especiales, que parecen tratar en todo momento de impresionar a la chiquillería de la sala) y sin ritmo.

Y el problema, al margen de que Burton se crea George Lucas y parezca más ocupado en hacer volar alfombras, tazas y enseres directamente hacia el espectador (¡El 3D no sirve solo para eso, leñe!) y, dicho sea de paso, en cobrar el maletín repleto de dinero que le aguarda por cortesía de Walt Disney Pictures que en contar una buena historia, es la trama.

Directamente, es infumable. No por la premisa de la que parte ni por las ideas que propone (las cuales, repito, prometen), sino porque el guión peca de infantiloide (pese a las numerosas garantías de oscuridad y madurez que salieron de la boca del director), convirtiéndose en un mal remiendo entre "Matrix" y la leyenda del caballero San Jordi, además de estar pésimamente desarrollado. No sé cuanto de esto es culpa de la guionista, Linda Woolverton, cuanto es obra del propio Burton (recordemos que, pese a ser un genio, también ha tenido ideas de bombero, como poner como Superman a Nicolas Cage con melena y un traje morado y fucsia), o bien, cuanta culpa tiene Disney y su alargada mano. Tanto da: Burton es tan bueno como el material de que dispone, y, en este caso, el material en el que ha basado su nueva obra es de los peores con que jamás ha contado.


A esto sumad una poco memorable e imaginativa banda sonora de Danny Elfman (que me aspen si soy capaz de recordar alguna melodía de esta película, cosa que Elfman siempre suele conseguir conmigo) e interpretaciones flojas en el mejor de los casos (suerte que está Helena Bonham Carter para insuflar vidilla al cotarro, porque si llega a ser por Johnny Depp y su insoportable Sombrerero, lo llevamos crudo), lo que nos queda es la que puede ser la mayor decepción cinematográfica de 2010 (que solo podrá ser superada en caso de que "Iron Man 2", de Jon Favreau, o "Inception", de Christopher Nolan, resulten ser verdaderas catástrofes), y la peor película de Tim Burton, junto con "El Planeta de los Simios" y "Charlie y la Fábrica de Chocolate".

Y es una verdadera lástima, porque nada me hubiera gustado más que poder decir que el film me ha encantado, y que está a la altura de lo que Burton (autor de obras maestras como "Big Fish", "Ed Wood", "Sleepy Hollow" o "Eduardo Manostijeras") puede ofrecer. Pero la realidad no ha correspondido ni con mis expectativas ni con un nivel cualitativo aceptable, de modo que no tengo el más mínimo reparo, a la espera de quitarme (o no) el mal sabor de boca con "Iron Man 2", en suspender esta película.

Valoración final: 4/10

Nota de la B.S.O. (Danny Elfman): 4/10


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