Si el cineasta neozelandés Peter Jackson ha de pasar a la historia del séptimo arte, sin duda alguna será por cómo ha trasladado la intemporal narrativa de J.R.R. Tolkien de las páginas al celuloide. Y es que muy pocos han encarado con tantísimo respeto (rayando en la veneración incluso) y con tal dedicación la obra de un autor en particular como Jackson lo está haciendo con Tolkien; si tuviera que buscar un ejemplo similar, podríamos decir que sus cintas ambientadas en la Tierra Media se asemejan, en cierta medida, a las adaptaciones cinematográficas que Kenneth Branagh dedica a su adorado William Shakespeare.
Otro apartado en el que Jackson destaca es en cómo pone las últimas tecnologías al servicio de una puesta en escena completamente libre: no en vano, moldea a su imagen y semejanza cada escenario, y no hay plano ni secuencia que se le resista o que le resulte imposible de rodar debido a la distribución o a la orografía del territorio en cuestión. Así pues, su cine es un festín visual, y 'El Hobbit: Un Viaje Inesperado' no es una excepción: maravillosos planos aéreos marca Jackson, travellings interminables, batallas multitudinarias e interminables rodadas con un pulso y un detalle inusitados... Todo ello aderezado con una bellísima fotografía por cortesía de Andrew Lesnie (director de fotografía de la saga 'El Señor de los Anillos') y con una apabullante banda sonora de Howard Shore que se permite crear nuevos y memorables temas principales al tiempo que homenajea musicalmente a la trilogía del Anillo Único.
Respecto al film en sí, mucho se ha hablado y mucha tinta se ha vertido escribiendo sobre él. Vaya por delante que no la he visto en 3D ni en 48 fotogramas por segundo, esa polémica tecnología de la que se ha dicho que parece un "error de proyección de tres horas" y que produce mareos, pero también que permite un nivel de detalle hasta ahora inalcanzable; por tanto, nada puedo comentar sobre ese aspecto en particular. Sin embargo, de lo que sí puedo escribir es de las sensaciones que me ha generado la película. Y esas sensaciones, sentándome a reflexionar poco después de haberla visto, son mucho más que positivas.
Visualmente es espectacular; de eso no cabe la menor duda, pero por si acaso ya adelanto que la belleza y el detalle en la imagen y en la textura es quizás el mejor que he podido disfrutar en una pantalla grande en toda mi vida. Narrativamente, entramos en un territorio más complicado: primero, es necesario contextualizar y saber que de un libro de 324 páginas se ha sacado una trilogía en la que cada entrega durará aproximadamente tres horas. Este hecho conlleva de forma inevitable una mayor lentitud en el devenir de los acontecimientos y de los giros, y no pocas han sido las críticas que esta primera entrega ha recibido por eso.
Sin embargo, personalmente no solo no se me ha hecho larga en absoluto, sino todo lo contrario: una vez llega el desenlace (mejor dicho, el cliffhanger) y comienzan los títulos de créditos finales, me dejó con ganas de más y de saber cómo continuarán las aventuras de la Compañía de Thorin. Además, es una cinta sorprendentemente sólida, rápida en sus explicaciones y concisa: todo el tiempo están sucediendo cosas importantes (aunque en principio puedan parecer intrascendentes, poco a poco las piezas van encajando), y lo más importante, en todo momento presenciamos cómo el protagonista Bilbo Bolsón (un Martin Freeman perfecto en su rol) va cambiando, aprendiendo sobre la marcha y evolucionando a nivel personal.
Freeman es la gran estrella del film y carga ese peso sobre sus hombros con matrícula de honor, regalándonos un protagonista muchísimo más desarrollado y empatizable que Frodo Bolsón ('ESDLA'). Eso sí, se encuentra amparado por un reparto de secundarios de mucha altura en el que encontramos a Ian McKellen, Hugo Weaving, Cate Blanchett y a Andy Serkis dando vida de nuevo al entrañable aunque siniestro Gollum. Y un detalle que me ha sorprendido: la compañía de los doce enanos no solo no se me ha hecho cargante (un miedo que había cobijado al ver los trailers), sino que me han parecido personajes interesantes y variados pese a lo estereotipados que resultan. Dentro de esta compañía destaca por derecho propio Richard Armitage dando vida al líder, el carismático y atormentado Thorin Escudo de Roble.
Qué más puedo decir sin alargarme... Considero justo acabar este post diciendo que en mi opinión 'El Hobbit' ha desbancado a 'El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace' como mejor blockbuster de 2012, ya que me ha resultado mejor construida, más sostenida a nivel rítmico, más lograda visualmente, infinitamente mejor construida y más satisfactoria que la conclusión de la trilogía Batman por Christopher Nolan. Os recomiendo encarecidamente cerrar el año presenciando en pantalla grande este film y disfrutar del emocionante regreso a la Tierra Media que un entregadísimo Peter Jackson nos ofrece, aunque bien es cierto que a los no fans de la obra de Tolkien se les puede atragantar un poco. No es perfecta y sin duda alguna le sobran ciertos toques de humor bobalicón, pero no por ello deja de ser una cinta épica de lo más lograda.
Valoración: Muy Buena
2 comentarios:
Siento disentir profundamente de tu opinión, querido amigo.
Pese a mi admiración a Peter Jackson y su trilogía del anillo, El Hobbit no me ha parecido nada más que una estafa, un engaño con un único fin económico. Aunque tiene escenas muy interesantes, como la batalla de los gigantes de piedra y una tecnología 3D acojonante, la decisión de no concluir en absoluto la película me parece burda, una gran falta de respeto al público que la ha ido a ver.
Otro detalle que quisiera destacar en la curiosa diferencia de calidad entre los personajes digitales y los elementos reales. Estamos acostumbrados a que los medios generados digitalmente parezcan menos reales que los reales. En El Hobbit ha sucedido lo contrario: Los elementos digitales son tan perfectos que han desbancado a los disfraces reales, haciéndolos parecer de juguete. Un ejemplo de esto podría ser la diferencia entre los trasgos, que causan verdadera repulsión, y Gandalf, que parece vestido con un disfraz de carnaval.
¡Muchas gracias por dejar tu opinión, Fede! Y disculpa mi retraso en contestarte :)
Creo que la diferencia entre nuestra percepción visual de la película es cómo fuimos a verla: tú la has visto en 3D a 48 fotogramas por segundo, mientras que yo preferí jugar sobre seguro y verla en 2D a 24 fps. Es por eso que a mí me pareció que el atrezzo, el maquillaje y el vestuario estaban muy logrados: el 3D es una tecnología con mucho futuro, pero también rompe completamente la magia de un film y contribuye a que se perciba mucho más el cartón piedra de los decortados o que el vestuario está compuesto por disfraces.
Y sobre la película, "sobre gustos no hay nada escrito" y antes de intentar convencerte preferiría tener un debate contigo, que es mucho más interesante xD Sin embargo, te diré que la película me gustó mucho por dos razones principales:
1. Expectativas. Esperaba un verdadero coñazo (¿Tres películas de 160 minutos para un cuento de 325 páginas? No fucking way) y lo que me encontré fue una película de aventuras muy currada, dirigida con maestría y editada con un pulso brillante, escrita con los suficientes giros de guión como para no aburrir nunca, repleta de fanservice para los fans de la Tierra Media e incluso con un cierto aroma a cine de David Lean (camaradería, sabor añejo, sentido de la épica y del paso del tiempo...).
2. 'El Hobbit' es un cuento. No es una obra maestra. Es un muy buen libro y sienta las bases de 'ESDLA', pero no es una piedra angular de la literatura. Jackson entiende esto y se centra, adaptando y modificando lo necesario, en plasmar la jovialidad y el tono desenfadado de la obra de Tolkien. Por tanto, me encantó ver su plasmación en imágenes del libro, y además me lo pasé bomba gracias a la capacidad del film para sorprenderme. ¡Incluso se permite hilar argumentalmente 'El Hobbit' con la Trilogía del Anillo!
En resumen, que la película me hizo disfrutar mucho y me sorprendió positivamente. Pero es cuestión de gustos y de percepciones, y me alegro de que disientas conmigo porque así me fuerzas a argumentarte mi crítica :)
¡Un abrazo enorme amigo!
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